Los valores personales constituyen otros de los aportes que comienzan desde la familia. Y es que el escenario familiar es el primero en el cual el hombre, como ser social, interactúa con otros miembros de su misma especie.
En el seno familiar, el individuo aprenderá las primeras nociones de la vida y de cómo comportarse en ella.
Adquirirá diferentes valores como familiares, materiales y profesionales, aprendiendo lo que se espera de él como integrante de la sociedad.
No obstante, llega un momento en que, independientemente de lo que un individuo aprenda de sus progenitores y el resto de sus familiares, escogerá los valores que considere más importante para incorporar a su propia personalidad.
¿Qué son los valores personales?
Los valores personales son el conjunto de reglas, principios y cualidades que elegimos y sobre los que construimos y gobernamos nuestra propia vida.
Los valores personales se van adquiriendo a lo largo de la vida del individuo. Primero incorpora los que aprende de su familia, de los cuales en determinado momento de su vida decidirá cuales mantener y cuales desechar.
Otros irán incorporados basados en las experiencias vividas. A medida que interactúa con otras personas se enfrentará a situaciones que constituyen retos y de las que puede obtener resultados enriquecedores y positivos añadiendo los valores que les fueron útiles.
También los puede adquirir de experiencias ajenas, al considerar que ciertos valores puedan ser importante para su desarrollo personal.
Los valores personales están influenciados por el contexto social, la cultura, el lugar donde se viva, la época, el nivel cultural e instructivo, la liquidez económica y la posición social.
El objetivo principal de los valores personales es ayudar a cumplir con los objetivos para la vida del individuo, de ahí que los actos de una persona están en correspondencia de sus valores, los cuales se supeditan a lo que el individuo desea.
Por supuesto la sociedad espera de los individuos que estos posean valores positivos y beneficiosos para todos, pero en los valores personales se sobrepone el interés individual al colectivo.
Características de los valores personales
Entre las características de los valores personales se puede decir que son:
Perdurables: una vez que cierto valor ha sido adquirido y consolidado, este perdurará en el tiempo porque pasará a formar parte de la personalidad del individuo.
Absolutos: un valor no será puesto en práctica solo en cierta medida o ejercido a medias, sino que será bajo todo su significado.
Jerarquizados: según las experiencias y circunstancias vividas a lo largo del tiempo, los valores personales adquirirán importancia posicionándose unos por encima de otros.
Dúctiles: dependiendo de la experiencia o circunstancia pueden ganar o perder prioridad, lo que no significa que puedan ser manipulados a conveniencia.
Diferenciadores: al ser únicos para cada individuo los diferenciará de sus pares basado en sus acciones.
Orgánicos: tienden a estar en armonía y a ser coherentes con la naturaleza humana.
Trascendentes: los valores se adquieren y se manifiestan dentro de un plano concreto proveyendo significado a la sociedad y la vida del hombre.
Gratificantes: al estar supeditados a los objetivos del individuo, aportarán beneficios y satisfacción personal.
Complejos: su incorporación y manifestación no son procesos sencillos, estando sometidos a juicios y decisiones bajo diferentes circunstancias.
Importancia de los valores personales
Los valores personales proporcionan la relación asertiva con otros individuos o grupos sociales, al ser herramientas de convivencia y adaptación ante diferentes entornos.
Frente a la toma de decisiones de la vida diaria del hombre tendrán un importante papel al corresponderse con los objetivos que este se traza.
Proporcionan además seguridad y coherencia al establecer una correspondencia entre las acciones del individuo y sus objetivos y pensamientos.
De igual modo influyen en la incorporación de los individuos en la sociedad en que se desenvuelve.
Brindan autonomía, estabilidad y madurez emocional, definen la personalidad del hombre pues estos valores se incorporan a la misma y dan respaldo a las acciones que el individuo realiza.
Facilitan el proceso de asimilación a los cambios de la vida diaria, reduciendo el trauma que estos puedan significar.
Ejemplos de valores personales
La lista de valores personales es también extensa y variable de una persona a otra. Aquí mencionamos algunos de los más comunes:
Disciplina: representa el orden, propicia la superación y el desarrollo de los talentos.
Cortesía: relacionado con el trato amable y respetuoso hacia los otros.
Gratitud: es la muestra de respeto y agradecimiento hacia la ayuda recibida desinteresadamente.
Fidelidad: es el cumplimiento de los compromisos sin defraudar a los otros.
Perseverancia: es la capacidad que tiene la persona para superar sus límites e insistir hasta lograr el objetivo deseado.
Autocontrol: es la posibilidad de controlar las emociones y respuestas en situaciones potencialmente estresantes.
Empatía: es el valor que permite conectarse con otros y comprender las realidades de los demás.
Pasión: es la virtud de entregarse de a lleno en la realización de alguna actividad que deja resultados gratificantes y placenteros.
Tolerancia: un valor de convivencia que permite el respeto hacia las ideologías, religiones y prácticas de otros.
Libertad: permite al individuo que encamine sus acciones en correspondencia a sus criterios propios y permite la libre expresión de sus ideas.
