La enfermedad causada por el nuevo coronavirus COVID-19, fue declarada pandemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Se conoce hasta ahora que existen infectados en la mayoría de los países del mundo, y la cifra de muerte aumenta cada día.
Es por ello que las autoridades sanitarias instan a mantener la calma para evitar la alarma social, cuyas consecuencias podrían ser devastadoras.
Exhortan además, a cumplir con todas las medidas de prevención y control necesarias, para disminuir el número de infectados y fallecidos.
Hasta el momento, Italia es el país con mayor afectación de toda Europa, mientras que las autoridades científicas y sanitarias españolas aseguran estar preparadas para controlar la transmisión.
Los coronavirus (CoV) pertenecen a la familia de los Coronaviridae, los cuales fueron descubiertos en los años 60 y cuyo origen es aún desconocido.
Estos virus afectan específicamente a humanos y algunos animales, como los mamíferos y las aves, y gran parte de ellos no provocan graves daños a la salud, pudiendo ser tratados de forma certera y eficaz.
El COVID-19 es un nuevo tipo de coronavirus, cuyos primeros casos comenzaron a notificarse en la ciudad china de Wuhan, desde finales de diciembre del año 2019.
Desde ese entonces la cifra a nivel mundial de infectados por el virus ha aumentado de forma muy acelerada, debido a su alta transmisibilidad, no obstante, su letalidad es baja.
La estructura de este virus es precisamente lo que le confiere su nombre, ya que tiene la forma de una corona o un halo.
El COVID-19 comparte una similitud cercana al 80 por ciento, con respecto a la del SARS. Sin embargo, este nuevo coronavirus es menos virulento y por tanto la tasa de letalidad es menor.
No obstante, el número de fallecidos ha superado a los cobrados por el SARS, debido a su altísima capacidad de transmisión.
Los primeros casos de COVID-19 fueron notificados en la ciudad Wuhan, China.
Hasta el momento, la infección se relaciona con unos mercados de animales exóticos vivos para la alimentación humana, en dicha ciudad.
En pocos meses, el COVID-19 se declaró por la OMS como una pandemia, afectando a más de 160 países de todo el mundo.
El cuadro clínico de esta enfermedad puede variar desde la ausencia de síntomas, es decir la persona infectada puede estar asintomática; hasta la aparición de síntomas respiratorios leves o agudos.
Entre los síntomas principales que caracterizan la infección por COVID-19 se encuentran:
Además, se pueden presentar los siguientes:
Los síntomas más graves, y por tanto la más alta mortalidad de este virus se registran en adultos mayores.
También son vulnerables las personas inmunológicamente deficientes o con enfermedades crónicas como la diabetes, ciertos tipos de cáncer o la enfermedad pulmonar crónica.
Se ha podido constatar hasta el momento que aproximadamente el 80 por ciento de las personas infectadas, han padecido solo síntomas leves.
Los coronavirus se transmiten de persona a persona o de animal a persona. Animales como los murciélagos y camellos, se sabe que constituyen reservorios del virus.
Por su parte, el nuevo coronavirus COVID-19, se transmite por vía respiratoria, a través del contacto con las pequeñas gotitas procedentes del aparato respiratorio las cuales son expulsadas por las personas infectadas al toser, estornudar o hablar.
La evaluación temprana a las personas que presenten síntomas respiratorios y a aquellas con predisposición para contraer el virus es una de las medidas para controlar la infección.
En los aeropuertos se emplean termómetros digitales y escáneres térmicos para la detección de fiebre en pasajeros procedentes de zonas afectadas por el virus.
También se le solicita a los viajeros que llenen cuestionarios sobre los síntomas que presenten, y en caso de sospecha se les somete a examen médico. Si resulta positivo al virus se procede a trasladar hacia un centro de salud con aislamiento.
La población ante todo debe mantenerse informada sobre cómo protegerse de la infección, y de este modo cuidar la salud de los que le rodean.
No obstante, el conocimiento debe proceder de las autoridades sanitarias nacionales y locales, pues estas proveerán la información correcta y actualizada sobre las medidas que se deben adoptar.
Algunas de las medidas que se pueden poner en práctica con el fin de prevenir el contagio por COVID-19 son las siguientes:
Un lavado adecuado y sistemático de las manos con agua y jabón, o con algún desinfectante a base de alcohol es primordial para prevenir la infección.
No se deben utilizar guantes de goma, ya que si se tocan la boca, la nariz o los ojos con los guantes contaminados se puede contraer la infección.
Debe conocer que la forma correcta de cubrirse la boca y la nariz al toser o estornudar es flexionando el codo o utilizando un pañuelo limpio.
El pañuelo se debe cambiar por cada vez que se use, y posteriormente lavarse las manos como ya explicamos antes.
De esta forma se eliminan los gérmenes que pudieron haber contaminado las manos o el pañuelo con las gotas respiratorias expulsadas al estornudar o toser.
La distancia mínima que se debe mantener entre otras personas, sobre todo aquellas que presentes síntomas respiratorios o fiebre, es de un metro, o lo que es lo mismo 3 pies.
De este modo se evita el contacto con las gotículas expulsadas por personas infectadas con el virus.
El saludo entre personas conocidas o familiares debe ser con gestos, ya que lo más seguro para prevenir el contagio es evitar el contacto físico.
Las manos al tocar tan disímiles superficies, es muy probable que se contaminen con el virus, por tanto debe mantener alejada de zonas como las mucosas, evitando así trasladar el virus desde la superficie hacia sí mismo.
En caso de que comience a presentar fiebre o síntomas respiratorios como los descritos anteriormente, debe solicitar la atención médica de inmediato.
Debe informar al sanitario en caso de que haya viajado a zonas afectadas recientemente, o que haya está en contacto con personas que lo hayan hecho y estén presentando síntomas respiratorios.
En caso de que usted se encuentre en una zona afectada por el COVID-19 o haya permanecido algún tiempo en ella durante los últimos 14 días, debe adoptar las siguientes medidas de protección:
Como bien se explicaba con anterioridad, aún no existe una vacuna preventiva para el COVID-19. Los tratamientos actuales se enfocan mayormente en tratar los síntomas y evitar las posibles complicaciones.
En la mayoría de los casos, las estrategias de intervención se corresponden con la de una gripe o catarro común.
En este sentido las principales medidas se encaminan a la ingestión sistemática y abundante de líquidos, el reposo y la higiene.
En algunos casos, se hace necesario el consumo de antipiréticos como el Paracetamol, para bajar la fiebre y aliviar malestares como el dolor en la garganta.
Los casos que ofrecen indicios de una mayor gravedad (Ej. dificultad para respirar o tos con secreciones sanguinolentas) es imprescindible la hospitalización inmediata.
En estos casos el tratamiento se enfoca hacia el uso de antivirales, algunos medicamentos esteroideos para prevenir y tratar la inflamación que se produce en los pulmones, y el frecuente soporte de oxígeno para facilitar la respiración.
En casos más graves puede ocurrir una reinfección que en ocasiones es de tipo bacteriana, y es necesario acudir al empleo de antibióticos.
No obstante, el tratamiento empleado actualmente para los casos más graves consiste en dos medicamentos empleados para la artritis reumatoide: hidroxicloroquina y tocilizumab.
A estos se integran los ya conocidos antivirales de elección en el VIH: lopinavir y ritonavir así como los interferones beta -1b y alfa 2-b.
De manera general los diferentes tipos de tratamiento se eligen de acuerdo a las características del cuadro clínico que presenta cada paciente.
Si el cuadro es leve (no presenta serias dificultades para respirar): se tratan únicamente los síntomas.
Si el cuadro es moderado (dificultad respiratoria con infiltrado en la radiografía de tórax): se trata con hidroxicloroquina o indistintamente lopinavir y ritonavir.
Si el cuadro clínico es grave (hipoxemia y dificultad respiratoria grave): Se le añadirá al tratamiento del nivel moderado el interferón beta 1-b y en algunos casos se añade remdesivir y tocilizumab.
Las dosis de los tratamientos ya mencionados no es aún un criterio establecido y sólido. Por lo general dependen de las características de cada paciente, la evolución de los parámetros analíticos, la edad, etc.
Hasta el momento, no se cuenta con una vacuna o tratamiento específico para la prevención y control de este nuevo coronavirus COVID-19.
No obstante, se conoce que al menos una veintena de grupos científicos en el mundo trabajan sin descanso en la creación de una nueva vacuna o antivirales que logren detener la epidemia.
En este sentido el Director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, manifestó que ya cuentan con vacunas en las primeras fases y que prometen resultados alentadores.
Por su parte, el gigante asiático anuncia que su primer ejemplar de vacuna contra la COVID-19 ya se encuentra listo para llevar a cabo los ensayos clínicos pertinentes.
No obstante, aun cuando los resultados sean de triunfo en los ensayos, la comercialización de la vacuna solo estaría disponible para dentro de al menos 1 año.
De ahí que hasta el momento lo más efectivo para evitar la propagación del nuevo coronavirus COVID-19 es adoptar las medidas higiénico sanitarias orientadas por las autoridades de salud.
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