El pensamiento vertical ha sido relacionado de manera directa con el desarrollo de la inteligencia. De ahí, que no sean pocos los esfuerzos destinados a su potenciación y desarrollo.
Sin embargo, poco se conoce aún sobre esta capacidad humana y su importancia para alcanzar el éxito profesional y personal.
Para conocer todo al respecto quédate con nosotros en este artículo donde estaremos compartiendo su definición, características y algunos ejemplos donde se pone de manifiesto.
El pensamiento vertical es aquel en el que la secuencia de ideas y sus transformaciones se lleva a cabo mediante el razonamiento y la lógica.
Es por esto que también se le conoce como pensamiento lógico y se emplea para el razonamiento y la solución de problemas matemáticos.
Se ordena según una secuencia de ideas establecidas y predeterminadas y de su adecuado cumplimiento depende la obtención de los resultados.
Es considerado opuesto al pensamiento lateral, pues este último es libre, creativo y no estructurado en pasos.
La principal característica del pensamiento vertical y que permite distinguirlo de otras modalidades de pensamiento, es precisamente que su estructura se ordena en forma de pasos y secuencias.
Otra se sus particularidades es que dichos pasos deben conducir a un mismo fin con independencia de quien lo ponga en práctica.
Por eso se considera un pensamiento que excluye la subjetividad de la persona que lo emplea.
Se considera un pensamiento creativo e innovador, ya que soluciona los problemas de un modo distinto al tradicionalmente empleado.
También es analítico en tanto estudia todos los componentes del problema a resolver.
Se ha identificado como un proceso, ya que en él es tan importante el resultado, como respetar los pasos que conducen al mismo.
Sus razonamientos y conclusiones pueden ser demostrados y comprobados, lo que provoca que sus conclusiones sean seguras y confiables.
Implica gran exigencia pues cada paso debe ser exacto y correcto, de lo contrario, es posible no llegar al fin esperado.
El pensamiento vertical y su puesta en práctica ha demostrado ser de gran utilidad para alcanzar el éxito profesional y en el proceso de resolución de problemas.
Su desarrollo es indispensable para materias como las matemáticas y las ciencias.
También es empleado en la vida diaria y para alcanzar el éxito profesional, ya que permite ordenar el pensamiento y crear una secuencia de ideas útiles a diversos problemas.
Permite entrenar procesos como la atención y la concentración, indispensables para el estudio, el trabajo y la propia vida.
En muchas ocasiones y situaciones de la vida cotidiana podemos emplear el pensamiento vertical.
Un ejemplo de ello es cuando compramos un mueble nuevo, y este viene en la caja por piezas separadas. Para armarlo y darle la forma correcta, hacemos uso del pensamiento vertical, examinando pieza por pieza y concatenando cada paso que damos con el siguiente que debemos dar.
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