El pensamiento reflexivo es uno de los tipos de pensamiento más importante y que más se necesita desarrollar en nuestra vida.
Y es que gracias a él, son muchos los problemas y dificultades que podemos evitarnos y evitarle a las personas que nos rodean.
Para conocer en qué consiste y cómo podemos favorecerlo, quédate con nosotros hasta el final de este artículo, pues estaremos compartiendo todo sobre este interesante tema.
Como su propio nombre sugiere, el pensamiento reflexivo es aquel que nos permite reflexionar sobre un tema o una cuestión determinada.
Algunos autores lo definen como la particularidad de algunas personas de meditar y preocuparse por un tema incluyendo sus beneficios y consecuencias.
Otros autores como por ejemplo Heidegger, plantean que la modernidad sufre diferentes adversidades debido a que los hombres han abandonado el pensamiento reflexivo.
Un elemento a tener en cuenta es no confundir el pensamiento reflexivo con las rumiaciones. Las rumiaciones consisten en pensamientos reiterados y repetitivos sobre un tema pero que no nos conducen a ninguna parte.
El pensamiento reflexivo por su parte consiste en meditar, pensar y reflexionar en profundidad sobre un tema, de forma consiente y voluntaria para obtener algo útil y provechoso de este proceso.
Entre las características que distinguen el pensamiento reflexivo podemos decir en primer lugar que se hace cada vez más necesario, sobre todo en los tiempos actuales que la humanidad se encuentra bajo la influencia del exceso de información y las nuevas tecnologías.
El pensamiento reflexivo contribuye a la distinción entre el bien y el mal; lo cierto y lo incierto; lo importante y lo superfluo.
Es importante para solucionar problemas y “abrirnos los ojos” ante declaraciones inciertas.
Es contrario y opuesto a la distracción, requiere la voluntad de la persona y su disposición a ponerlo en práctica.
Impide que la menta divague y en lugar de eso, organiza el pensamiento hacia donde se debe orientar y dirigir.
Dada la importancia que tiene para nuestra vida el pensamiento reflexivo, a continuación te ofrecemos algunos pasos y consejos que puedes seguir para favorecer su desarrollo y puesta en práctica:
Un ejemplo donde se manifiesta el pensamiento reflexivo puede ser cuando nos encontramos con una persona que ha tenido un mal día y nos da una respuesta hostil, agresiva o hiriente.
En lugar de responder instintivamente de la misma manera, podemos cuestionarnos y reflexionar sobre la situación: ¿Por qué me contestaría de esta forma? ¿Es su manera de ser, lo ha hecho con anterioridad? ¿Estará enfrentado un problema importante? ¿Podré ser de ayuda? ¿Me puedo acercar y preguntar qué le sucede?
Estas y otras preguntas que indaguen y conozcan sobre la situación real del suceso, pueden dar lugar a mejores y más saludables formas de dar solución al mismo en lugar asumir una posición a la defensiva y responder con la misma actitud hiriente y grosera.
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