La conciencia moral es como cuando una persona tira una moneda al aire y esperando si cae cara o cruz, tomará la decisión correspondiente.
De esta manera, va de la mano de hombres y mujeres cual si fuera un farol en medio de la oscuridad.
En ese recorrido se tropieza y se reflexiona al respecto; y se genera bienestar cuando se obra bien, porque ¿acaso no es hacer el bien un fin en sí mismo?
Normas de actuación, así como leyes generales y universales, juegan un papel importante en la internalización del deber moral en los individuos.
¿Qué es conciencia moral?
La conciencia moral es el conocimiento que tienen las personas de lo que está bien o mal hecho, desde donde se puede deducir si su conducta es correcta o penalizada.
Es gracias a la conciencia moral que las personas regulan su comportamiento y experimentan satisfacción si se hizo lo correcto o por el contrario, remordimiento si fue algo errado.
La conciencia moral implica un juicio crítico sobre los actos individuales, evaluando las futuras consecuencias.
Características de la conciencia moral
Primeramente, la conciencia moral es exclusivamente humana. Además, es un concepto reflexivo, relativo, de autoconocimiento y asume un papel de juez.
Se trata de una categoría individual y social al mismo tiempo.
Pues bien, entiéndase que es única en cada persona, pero que va a estar influenciada por las normas de conducta que establece la sociedad; a su vez, las personas van a juzgar la conciencia moral de otras teniendo en cuenta lo que para cada una esté correcto o incorrectamente hecho.
Define el bienestar de las personas, así ante actos positivos aparece el orgullo, la satisfacción, la paz interior; mientras que los negativos se asocian a la culpa, el remordimiento y el miedo.
La conciencia moral es un deber y tiene carácter subjetivo.
Tipos de Conciencia moral
La conciencia moral se clasifica como: verdadera; recta; verdadera recta; recta, falsa o errónea; errónea de ignorancia vencible; errónea de ignorancia invencible; viciosa, rígida, laxa
Véase a continuación en qué consisten cada uno de los tipos de conciencia moral:
Conciencia verdadera: Se trata de las normas que son interiorizadas por un individuo y que son aceptadas por un colectivo como es el caso de el uso de uniformes en instituciones.
Conciencia recta: Se refiere a la congruencia entre lo que se cree, los principios que se asumen y los actos que se realizan. Por ejemplo: veganos, ambientalistas, etc.
Conciencia recta verdadera: Se refiere a las conductas dirigidas con objetividad e integridad. En este sentido se puede citar a un juez cuando dicta sentencia.
Conciencia recta, falsa o errónea: Hace referencia a las personas que actúan por impulsividad y dichos actos no tienen la aprobación de la mayoría.
Conciencia errónea de ignorancia vencible: Trata de las personas que cometen un error por desconocimiento o cuando aún haciendo un bien, algunos no lo consideren como tal.
Otro aspecto importante de este tipo de conciencia es que la persona asume la responsabilidad de sus errores y muestra arrepentimiento.
Conciencia errónea de ignorancia invencible: Se refiere a las faltas que comete una persona, pero, a pesar de querer repararlas no hay marcha atrás. Es un daño irremediable.
Conciencia viciosa: Se asocia mucho al egocentrismo, pues, se trata de una persona que está tan centrada en su bienestar personal, que se engaña a sí misma elogiando su buen comportamiento, aún a sabiendas de que hizo algo incorrecto.
Conciencia rígida: Son los llamados extremistas, o sea, para estas personas las normas no pueden flexibilizarse ni un poquito.
Conciencia laxa: Es todo lo contrario a la conciencia rígida, es como se dice vulgarmente: “todo me resbala”.
Conciencia escrupulosa: La persona es tan extrema, tan rígida con el cumplimiento de las normas que a la mínima falta que cometa “se ahoga en un vaso de agua”. Son personas que se castigan a sí mismas diciéndose inmorales, pecaminosas, etc.
Ejemplos de la Conciencia moral
Todas las profesiones tienen códigos de ética, o sea, premisas morales que son de estricto cumplimiento.
Por ejemplo, en el ámbito psicológico uno de los principios se refiere al secreto profesional. Cuando un psicólogo respeta dicho principio, se puede decir que tiene conciencia moral.
Cabe destacar que el secreto profesional se aplica excepto en situación de autoagresión, daños a terceros, menores de edad, personas incapacitadas para tomar decisiones, consentimiento escrito dado por el paciente o acusación legal a un psicólogo.
Otro ejemplo de conciencia moral es cuando un trabajador de un banco X maneja mucho dinero pero no roba ni un solo centavo, aún cuando pueda estar atravesando por una situación económica complicada.
También se puede aludir a los exámenes de la dignidad, muy utilizados en estos días en las universidades. La conciencia moral se refleja aquí cuando ningún estudiante fisgonea en los exámenes de otro, ni saca celular, libro, etc. para buscar las respuestas correctas.
De la misma manera sucede cuando se dice una palabra ofensiva, hiriente, denigrante; y posteriormente hay un sentimiento de arrepentimiento.
Pedir disculpas, decir permiso, dar las gracias; respetar las propiedades ajenas; también son muestra de conciencia moral.
Por último, no menos importante; está la aceptación a la diversidad intelectual, física y sexual.
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