La Herencia, ha cobrado especial significación e importancia atendiendo a que, como proceso natural, el hombre además de nacer, crecer y desarrollarse, también muere y con ello, la muerte implica la ausencia física de la persona y la extinción de sus derechos, obligaciones, deudas; así como de todo el patrimonio que en vida formó.
Es por ello que desde tiempos muy antiguos las personas se vieron en la necesidad de idear la forma en que tales bienes, prendas, incluso deudas, tuvieran un nuevo destino e incluso poder dar cumplimiento a la voluntad de una persona después de muerta.
Por otra parte en el mundo las personas pueden disfrutar de beneficios, ya sean lugares, tradiciones, valores, etc. que teniendo determinado valor, pueden ser conservadas a través de los años.
Todo ello es posible gracias a la acción de heredar; pero,
La palabra Herencia, proviene como muchas otras del latín haerentia y quiere decir conjunto de bienes que conforman el patrimonio del causante o fallecido y que pueden ser transmitidos a sus herederos, ya sea mediante testamento o no.
Las regulaciones que rigen una herencia están en dependencia del contexto histórico y las costumbres y leyes de cada país y su legislación sobre sucesiones y donaciones.
De ahí que existan sociedades en las que por ejemplo, solo los hijos varones tienen la posibilidad de fungir como herederos y otras que por el contrario, transfieren los bienes a lo largo de la descendencia femenina.
No obstante, en la actualidad, la mayoría de los países y gobiernos implementan la herencia igualitaria en la que todos los hijos tienen los mismos derechos independientemente del sexo o el orden que ocuparon al nacer.
La herencia, se relaciona con varios aspectos de la vida del hombre de ahí que existan diferentes modalidades:
Entre los elementos que conforman la herencia, se encuentran los siguientes:
Un ejemplo donde se pone de manifiesto la herencia es cuando fallece un padre de familia y sus bienes materiales se dividen entre sus hijos para que sean los nuevos dueños.
Otro ejemplo es cuando fallece un hombre que no ha dejado descendencia pero sí le sobreviven ascendentes (sus padres o abuelos), en este caso la herencia se divida al 50 % para la viuda y el otro 50 % es repartido entre los ascendentes.
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