La ética profesional es una de las ramas de la ética más estudiadas y conocidas.
La ética, demanera general, es una parte de la filosofía cuyo objetivo es determinar la moralidad en el actuar del ser humano distinguiendo de esta manera el bien del mal.
La ética profesional estudia los valores morales de las personas y ha sido estudiada y debatida en cuantiosos títulos y por grandes estudiosos de este campo dada su gran importancia en el mundo actual.
La parte de la ética encargada de implantar los deberes y obligaciones morales que deben cumplir todos los seres humanos que se desempeñan en una profesión, se le llama ética profesional o deontología.
Se basa además en aplicar en el entorno laboral los valores universales de los seres humanos como responsabilidad, honestidad, respeto, entre otros.
El estudio de la ética profesional tiene sus raíces en el surgimiento de la filosofía moral en la antigua Grecia.
Lo que conocemos en la actualidad como ética profesional, no ha sido otra cosa que el desarrollo histórico de la filosofía moral.
A raíz de los escándalos financieros de los años noventa y de la primera década del presente siglo, se ha podido notar una agudización de la corrupción en la actividad profesional influenciada principalmente por la actividad política.
Aparecen entonces las siguientes interrogantes:
¿Cómo mitigar los efectos de la corrupción laboral en la sociedad?
¿Cómo buscar que la actividad profesional recobre su sentido y papel en el espacio público?
En este contexto el papel de la ética recobra sus fuerzas y aparece en primera plana como respuesta a estas interrogantes.
Según ciertos entendidos en el tema y después de diversos estudios en este ámbito, se llegó a la conclusión de que la pérdida de valores ha sido la responsable de decaimiento de actividad profesional.
De esta forma se deduce que el reforzamiento a nivel ético ha sido la primicia para intentar llevar esta actividad a su máximo esplendor.
Es importante enfatizar que la ética profesional es el reflejo del actuar de cada trabajador por lo que es muy posible que su centro laboral y sus compañeros se vean afectados si alguno de ellos sufre de una marcada falta de valores.
De esta forma poner los intereses personales en segundo plano y trabajar en conjunto por el bien de la empresa son los objetivos de la ética profesional, que a su vez, promueve la estabilidad laboral.
En la ética profesional pueden distinguirse tres dimensiones:
La primera es la ética de la profesión como tal. Está se refiere al conjunto de ideas y preceptos que conjuntamente con un código moral rigen el actuar del profesional dentro de su profesión.
Dichos preceptos y códigos se transmiten de generación en generación y estipulan lo correcto e incorrecto, las obligaciones y prohibiciones del profesional en el ámbito de su profesión.
Otra de las dimensiones es la moralidad del profesional. Esta se refiere a los juicios en los cuales se basa el profesional para tomar decisiones, cabe destacar que es un proceso interior.
Dicho proceso interior depende en gran medida de la educación, el desarrollo cognitivo alcanzado, las experiencias de vida y la capacidad del profesional para separar sus intereses personales.
La tercera dimensión está determinado por el comportamiento moral que se traduce en la actividad laboral del individuo donde además del juicio moral interno se pone de manifiesto la capacidad de autorregulación para dirigir la conducta hacia esos preceptos morales ya descritos.
El quebrantamiento de las normas y valores impuestos por la ética profesional puede incluso tener implicaciones legales y llevar sanciones importantes a quienes sean culpables de dichos actos.
Una de las características más representativa de la ética profesional, es precisamente que su objeto de estudio es la actividad humana en el ámbito laboral.
La naturaleza racional del ser humano, el saber diferenciar entre lo correcto e incorrecto, es su principal fundamento.
Queda implícito la libertad de elección, la responsabilidad sobre nuestras decisiones y el acto de asumir las consecuencias de nuestras acciones.
El potencial del ser humano de corregir sus errores a pesar de su naturaleza imperfecta es otro de sus fundamentos.
Establece normas, reglas, define los deberes y regula la actuación de los trabajadores, ese es su principal propósito, por lo que es una disciplina normativa.
Podemos encontrar numerosos tipos que responden a las características de cada labor en particular, ejemplo de esto tenemos:
Ética Empresarial: Constituye una forma de ética indispensable para que el profesional puede desempeñar una buena labor, puesto que delimita la manera en que deben darse las condiciones necesarias para que el individuo pueda relacionarse con el medio externo.
Ética profesional del abogado: En este caso es fundamental la aplicación del secreto profesional sobre todas las cosas puesto que su discreción y compromiso para con el acusado son de vital importancia para desempeñar su labor de defenderlo.
La justicia, diligencia, honestidad y la lealtad resultan también valores de suma importancia para este profesional.
Ética profesional del psicólogo: La confidencialidad, honestidad, responsabilidad y dedicación al paciente sobre todas las cosas son los aspectos más relevantes en este caso, aunque resulta importante decir que se han desarrollado un grupo de códigos éticos para esta profesión.
Ética profesional del magisterio: Debido al papel de suma importancia que representan los docentes en la sociedad, sus principios éticos deberán ser incorruptibles e íntegros puesto que en su responsabilidad de enseñar y guiar a sus estudiantes deberán servir de ejemplo a los mismos.
Ética profesional del administrador: Dentro de los marcos teóricos bajo los cuales se basa la organización de las empresas son considerados de suma importancia valores como la legalidad, la responsabilidad, la diligencia y la lealtad.
Ética médica: A pesar de ser considera una rama de la ética por sí sola, se enmarca además dentro del entorno profesional de la actividad médica, aunando las normas y códigos que regulan el comportamiento de los profesionales que se desempeñan en este campo.
Vincula la relación del profesional de la salud con los pacientes, regulando de esta manera su comportamiento y teniendo en cuenta las relaciones interpersonales y la responsabilidad de cada cual dentro de la relación en si (médico-paciente).
Ética contractual: Se encarga de la búsqueda de soluciones o acuerdos mutuamente beneficiosos entre dos o más personas relacionadas a través de un contrato.
Cada profesión exige a sus miembros una conducta moral adecuada independientemente de la eficiencia del trabajo y el desempeño profesional.
Por este motivo es deber de cada trabajador tener una ética profesional adecuada para con su trabajo, profesión y compañeros.
Dicha ética profesional se basa en los valores fundamentales por los cuales debe regirse un profesional en su desempeño laboral.
La honestidad y la integridad que le permitirán al profesional reconocer sus errores y debilidades para poder corregirlos, así como la defensa de sus principios y creencias, rechazando la inescrupulosidad y la corrupción.
El compromiso y la lealtad para actuar honestamente manteniendo las promesas y cumpliendo responsablemente con sus obligaciones, así como brindar apoyo siempre que sea necesario y evitar las justificaciones por el mal trabajo a como dé lugar.
La ecuanimidad y la dedicación puesto que la entrega absoluta al cumplimiento del deber así como la imparcialidad y la justicia para con sus compañeros son de vital importancia para el profesional.
El respeto y la responsabilidad ciudadana, resulta prioritario el respeto por las leyes y la dignidad humana puesto que cada profesional se debe al desarrollo de la sociedad en que vive.
La excelencia, el ejemplo y la conducta intachable, es de máxima importancia mantener una conducta sin manchas siendo ejemplo para los demás y desempeñando su labor con la máxima eficacia posible intentando ser siempre diligentes y emprendedores.
Cada profesional deberá tener la competencia necesaria para el cargo o función que ocupa y no deberá hacerse cargo de ninguna actividad sobre la cual no tenga el conocimiento ni la experiencia necesaria.
Por ejemplo, un psicólogo no puede desempeñarse como abogado.
La confidencialidad y el manejo responsable de la información son de vital importancia puesto que la divulgación de cierto tipo de información clasificada puede poner en riesgo o dañar los intereses de la empresa.
Por ejemplo, un trabajador de una empresa de cosméticos no deberá revelar información acerca de los productos de su empresa a la competencia.
Algunas profesiones como la abogacía, la medicina y la psicología deben hacer uso estricto del secreto profesional respetando de esta manera los deseos del titular que está amparado por la ley de que no sea revelada información íntima o de interés para ellos.
Por ejemplo, los médicos no deberán revelar la existencia de la enfermedad de un paciente a familiares y amigos en caso de que este decida que desea mantenerla oculta.
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