¿Conoces que es la ética? ¿cuáles son sus características o generalidades, así como su origen y tipos?
Desde el inicio de la humanidad, conceptos como el bien y el mal han estado presentes en la vida diaria de los hombres.
Esto se ha visto reflejado en las distintas mitologías y cosmogonías que los tienen como centro y base de todo su sistema de creencias.
Lo que está bien y mal son concepciones regidas por muchos factores y condicionantes.
Entre ellos destaca la religión pues constituye uno de los primeros sistemas que plantea ciertos comportamientos para los hombres y que aún hoy ejerce un papel determinante en este sentido.
La religión, cualquiera que fuera el o los dioses a los que se les ofreciera pleitesía, exige que las personas adecuen su actuar en consecuencia a su visión (lo bueno), y eviten acciones que los desagrade (lo malo).
Hoy en día, decidir lo que está bien y está mal es un proceso bastante complejo, pues puede cambiar de una cultura a otra, de un país a otro, de un pueblo a otro e, incluso, de un vecino a otro.
Por ende, no es raro pensar que un proceso tan complicado tenga una ciencia encargada de su estudio, y esta es, precisamente, la ética.
El término ética proviene del griego ethos y significa costumbre, hábito, carácter o disposición.
La ética como ciencia se ha definido como la parte de la filosofía que estudia, analiza, describe y explica las acciones morales de las personas.
Asimismo, estudia sus conciencias y valores morales, las obligaciones que tiene el hombre en la sociedad en que se desarrolla, los problemas de la moral, así como el correcto gobierno de la vida humana.
Como toda ciencia, para ser considerada como tal, debe tener un campo de estudio, un objeto de estudio y un método de investigación, y la ética no es la excepción.
El campo de estudio de la ética es el de la moral, la cual es un conjunto de normas, valores y creencias existentes y aceptadas en una sociedad dada.
Su objeto de estudio se encamina hacia los actos humanos, que dependen de la razón y de la libertad.
Su principal método de estudio es la observación, a través del cual es capaz de percibir los actos que realizan los individuos para poder luego evaluarlos y dar un criterio moral sobre si era correcto o no.
La ética también se vale de otros métodos que le permiten realizar con mayor eficacia sus estudios.
Entre ellos se encuentran el método inductivo y el deductivo, como ejemplos de métodos científicos, así como métodos filosóficos como el fenomenológico, el crítico transversal y el dialéctico.
La ética también posee algunos problemas fundamentales en los que se basa todo su accionar como ciencia. Estos son:
Saber qué es lo bueno y qué es malo ha sido una preocupación del hombre desde siempre. No por gusto este es uno de los principales problemas de la ética, por lo que la resolución del mismo es de vital importancia.
La ética, por tanto, trata de determinar si entre un acto supuestamente bueno y otro supuestamente malo existe una diferencia objetiva o si esto depende de aquel que juzgue dicho acto, lo cual va a estar determinado por las costumbres y la educación de esta persona.
Aquí se intenta determinar cuál es el criterio correcto para juzgar los actos como correctos o incorrectos.
Algunos plantean que es la ley lo que define esto, pero las leyes no siempre son buenas, por tanto, no constituyen un criterio definitivo para realizar este juicio.
Aquí se analiza si las normas morales son preceptos fijos e invariables, o si son capaces de cambiar en el tiempo.
La ética, además, cubre los siguientes dilemas en su accionar diario a los que trata de dar respuesta:
La ética no surgió al mismo tiempo que la humanidad, esta tuvo que prosperar primero y alcanzar cierto grado de civilización.
Con este desarrollo surgio algún tipo de moralidad evidenciada en costumbres acerca de conductas que se consideraban correctas o no.
Muchas de las antiguas civilizaciones presentan algún relato mítico que fundamenta el surgimiento de la moralidad en sus civilizaciones. Tres ejemplos de esto son los siguientes:
En el imaginario babilónico, el dios sol presentó a Hammurabi el código de leyes, el que pasó a conocerse como el código de Hammurabi.
En el Antiguo Testamento de la Biblia hebrea, se muestra al dios Yahveh dictando a Moisés los diez mandamientos en el Monte Sinaí, los que constituyen la primera forma de leyes.
En la mitología griega se dice que Zeus compadecido de los humanos, físicamente más débiles que el resto de las bestias, decidió compensarlos al dotarles de sentido moral y capacidad para regirse por leyes y justicia, y de este modo convivir en comunidades en las que podrían cooperar entre sí.
El hecho que la moralidad se haya relacionado con la divinidad fue lo que permitió que los hombres de aquellos tiempos aceptaran a cabalidad estos preceptos.
A su vez, el sacerdote se convirtió en el guardián de los mismos, y fue la base para que hasta hoy en día se considere la religión con la moralidad una unión indisoluble.
En sus inicios los preceptos éticos eran transmitidos de forma oral por los ancianos y padres a los vástagos jóvenes de las comunidades y familia.
Con el surgimiento de la escritura se comenzó a recoger los mismos en papel.
Uno de los primeros escritos que sobre este tema se ha encontrado data del antiguo Egipto, 3000 años antes de Cristo.
Constituía una lista de preceptos que los niños de la clase gobernante de Egipto debían aprender.
Estos preceptos constituían, en su mayoría, consejos acerca de cómo vivir feliz, evitar los problemas innecesarios y desarrollar sus carreras al cultivar las relaciones y el favor de sus superiores.
También, presentaban otros consejos morales un poco más amplios como:
Los soberanos deberían tratar al pueblo con justicia y juzgarlos con imparcialidad.
El objetivo de los soberanos debe ser lograr la prosperidad de su pueblo.
Aquellos que tienen pan deberían compartirlo con los hambrientos.
Las personas humildes deben ser tratadas con bondad.
No se deben reír de los ciegos y los enanos.
A diferencia de las enseñanzas de la ética egipcia, cuando se analiza la desarrollada en India entre 1500 y 1200 antes de Cristo, sale a luz que esta tuvo un carácter filosófico desde su inicio.
En los escritos hindúes más antiguos conocidos como Vedas, la ética es una parte integral de la filosofía y la especulación religiosa acerca la naturaleza de la realidad.
Estos se han considerado como la literatura filosófica más antigua del mundo.
Al estudiar lo escrito en las Vedas se deduce que, para los hindúes de la época, la verdad y lo que es correcto estaban íntimamente relacionados.
Por ello, no se podría alcanzar la iluminación y entender la verdad acerca de la existencia humana, si no se entendía lo que era correcto.
Por otro lado, en China hacia el siglo VI antes de Cristo, se desarrollaron dos sistemas morales liderado por dos filósofos distintos: Laozi (presuntamente se dice que vivió hacia el siglo VI a. C. pero algunos estudiosos planean que fue hacia el IV) y Confucio (551-479 a. C.).
Laozi es conocido por haber desarrollado el Dao, que significa el Camino, y que estuvo basado en las virtudes tradicionales chinas de sinceridad y simplicidad.
Seguir las enseñanzas del Dao no significaba la observancia de un grupo de prohibiciones y deberes, sino vivir una vida de manera simple y honesta, siendo honestos hacia uno mismo y evitar las distracciones de la vida ordinaria.
Confucio, por su parte, es conocido por brindar sus enseñanzas en forma de dichos, aforismos y anécdotas, que usualmente eran respuestas a las preguntas de sus pupilos.
Su objetivo era guiar a sus estudiantes en el concepto que significa hombre superior, y que para Confucio era aquel que era humano y amable, y que estaba motivado por el deseo de hacer bien más que por su beneficio personal.
Se considera que el principio fundamental de la ética confucionista es el de la reciprocidad, el de no hacer a otros lo que no queremos que nos hagan.
En el mundo occidental, la ética filosófica se desarrolló en la Antigua Grecia, representadas por Sócrates (470-399 a. C.), Platón (427-347 a. C.) y Aristóteles (384-322 a. C.).
Sócrates es considerado uno de los grandes maestros de ética y, además, el padre fundador de la ética.
Su filosofía ética se basaba en la virtud y llamaba virtud a todo lo que entendia como comun e inherente a la raza humana, de este modo ubicaba como parte de la virtud a la justicia, la valentía y el autocontrol.
Platón, quien fue discípulo de Sócrates, consideraba que las ideas vinculadas a la moral, eran como un patrón o esquema universal, que sirven para juzgar las acciones y las conductas humanas.
Platón identificaba el bien con el conocimiento, por lo que consideraba que el hombre tiende, por naturaleza, a buscar el bien, y por ende una vez que lo conoce obraría correctamente.
El problema en su pensamiento radica en que el hombre desconoce el bien y toma por bueno lo que él considera bueno, y esto no necesariamente coincide con lo que realmente es bueno.
Aristóteles fue otro de los grandes filósofos griegos que influyó significativamente en la ética del mundo occidental.
Estudió en una escuela creada por Platón y durante el tiempo que ambos compartieron, criticó fuertemente muchos de los postulados de este.
Aristóteles concebía el universo como una jerarquía en el que cada cosa tiene su función.
En este esquema, la más importante forma de existencia era la de los seres racionales, el hombre, y la función de los seres inferiores era servir a estos.
Desde esta perspectiva, defendió la esclavitud, al considerar a los bárbaros seres inferiores a los griegos, y la matanza de animales para satisfacer las necesidades de ropa y alimento.
No obstante, su trabajo más importante relacionado con el tema de la ética es el tratado al que dio por nombre “Ética a Nicómaco”.
Aquí Aristóteles hace una revisión de las virtudes en la forma en que eran popularmente entendidas en su época, especificando en cada caso cuáles eran verdaderamente virtuosas y cuáles se tomaban, erróneamente, como tal sin en realidad serlo.
Su lista de virtudes y vicios iban a tener puntos de contacto, pero también muchas diferencias con las listas recogidas por los pensadores cristianos, el pensamiento ético que dominaría por varios siglos el mundo occidental.
Varios siglos después, el mundo occidental sufriría un cambio significativo en su pensamiento moral y ético cuando el cristianismo se convirtiera en la religión oficial del Imperio Romano, heredero de muchas tradiciones griegas.
Los nuevos estándares de la ética cristiana introducido por los líderes religiosos conllevaron a un cambio en la ética romana.
El más importante de ellos fue un nuevo sentido de igual estado moral para todos los seres humanos.
Para los cristianos, los humanos eran iguales pues eran potencialmente inmortales e importantes a los ojos de Dios.
Esto conllevó a que se condenaran una serie de actitudes que eran aceptadas por los moralistas griegos y romanos, muchas relacionadas con el acto de tomar vidas inocentes.
Desde los inicios de la cristiandad, sus líderes condenaron el aborto, el infanticidio y el suicidio.
Incluso, matar en las guerras fue considerado como incorrecto por aquel tiempo y muchos soldados que se convirtieron se negaron a portar armas. Además, se condenaron los juegos de gladiadores.
También, aunque los emperadores romanos continuaban desarrollando la esclavitud, la iglesia cristiana consideraba a los esclavos como iguales y los aceptaba en sus oficios.
Esta presión moral conllevó que, al cabo de varios cientos de años, esta se erradicara por completo de Europa.
Como ya se dijo, la ética cristiana predominaría durante mucho tiempo en Europa y el mundo occidental en general, extendiéndose también a los territorios bajo control de los países europeos.
Sin embargo, esto no significó que la ética se haya mantenido estática.
Desde el Renacimiento (siglos XV y XVI) y la Reforma Protestante (siglo XVI) hasta nuestros días el pensamiento ético ha sufrido un desarrollo continuo.
Al mismo, muchos pensadores han aportado sus criterios y concepciones, hasta tener en el presente distintas ramas de la ética de acuerdo a la esfera de la vida del hombre donde se aplique.
Hoy en día, la ética suele ser dividida en tres categorías:
La Metaética: se encarga de estudiar la naturaleza del juicio moral. Analiza el origen y el significado de los principios éticos.
La Ética normativa: se enfoca en el contenido de los juicios morales y los criterios para lo que es correcto y lo que es incorrecto.
La Ética aplicada: estudias temas más controversiales como la guerra, los derechos animales y la pena capital.
Otra de las generalidades de esta ciencia es que puede proporcionar un mapa moral.
La mayoría de los problemas morales son difíciles de tratar y las personas suelen guiarse por sus emociones en la mayoría de los casos.
La ética, entonces, ofrece reglas y principios que permiten analizarlos de una manera más objetiva.
Por lo tanto, la ética brinda un mapa moral y un marco en el que se puede hacer un acercamiento más certero a los más complicados problemas.
La ética puede tambien localizar un desacuerdo:
La ética puede ser usada para hacer entender a dos personas que discuten sobre un tema, que el punto de desacuerdo es solo una mínima parte del problema como un todo, pudiendo estar de acuerdo en todo lo demás.
Lamentablemente, muchas veces la ética no brinda la ayuda que las personas realmente quieren.
La ética no da respuestas correctas:
La ética no siempre es capaz de mostrar la respuesta correcta a los problemas morales.
Por eso, muchas personas creen que para muchos de estos problemas no existe una sola respuesta, sino un grupo de principios que pueden ser aplicados para que las personas envueltas en una situación tengan opciones claras de donde escoger.
Muchos filósofos, sin embargo, plantean que la ética sí puede eliminar la confusión y clarificar los problemas, depende entonces de los individuos escoger el camino que tomar.
La ética puede ofrecer varias respuestas:
Muchas personas quieren que exista una sola respuesta correcta a las preguntas éticas; debido a que les resulta difícil vivir con la ambigüedad moral puesto que desean hacer lo que verdaderamente es correcto.
Pero muchas veces no hay una sola respuesta correcta, sino varias, o algunas que son simplemente menos complicadas. Es por tanto obligación del individuo escoger.
La ética es acerca del otro:
En el corazón de la ética hay una preocupación acerca de algo o alguien diferente a nosotros mismos o nuestros propios intereses.
La ética se preocupa por los intereses de los demás, de la sociedad y otros; por ende, las personas que piensen éticamente está pensando en algo o alguien más allá de ellos mismos.
La ética como fuente de fortaleza grupal:
Un problema con la ética es que puede ser usada como arma.
Si un grupo cree que una determinada actividad es incorrecta, puede ser usada la moral como justificación para atacar a esos que la realizan.
Cuando las personas hacen esto, suelen ver a esos a los que se refieren como inmorales y en algunos casos menos humanos que no merecen el respeto de los demás, lo cual puede traer graves consecuencias.
Buenas personas al igual que buenas acciones:
La ética no se enfoca solamente en la moral de determinados cursos de acción, sino también en la bondad de los individuos y lo que significa vivir una buena vida.
La ética tiene tantos tipos como esferas de la vida humana. A lo largo de la historia, los avances económicos, tecnológicos y sociales han provocado que nuevos problemas morales surjan, y hasta que los antiguos se miren de una forma distinta.
Al volverse tan amplia, la ética como muchas ciencias ha tenido que dividirse para poder enfocar los estudios de estos problemas morales de una mejor manera.
En este sentido aquí brindamos algunos ejemplos de tipos de ética.
Luego de todo lo planteado hasta este momento surge entonces la interrogante acerca de la importancia de la ética.
La mayoría de las personas no tienen estudios sobre ética, pero sin embargo saben reconocer a niveles básicos cuándo una acción es correcta o no, cuándo algo está bien o mal y esto se debe pues a que las reglas y principios éticos son parte integrante de las sociedades.
En consecuencia, los individuos actúan en correspondencia a esos principios que, sin ser consciente de ellos en la mayoría de los casos, son éticos, y por tanto se obra éticamente.
En las relaciones interpersonales se valoran más a las personas que respetan estos preceptos éticos, que los cumplen y además exigen a los otros a cumplirlos convirtiéndose en modelos a seguir por los otros con los que interactúa.
Entonces, necesitamos ser éticos porque nos define como individuos y como sociedad. Una sociedad podría caer en caos si cada persona decide por sí misma escoger lo que está bien o no, en vez de seguir las normas y comportamientos éticamente aceptados.
Un conocimiento más profundo de los postulados de la ética permite dar juicios acerca de determinados problemas, que pueden o no ser compartidos por otros pero que aún están entre los límites de lo aceptable.
La ética permite, además, una mejoría de las relaciones que el hombre establece con otros hombres, pero también con otras especies o el ambiente en que se desenvuelve, protegiendo los intereses de ambos y el desarrollo mutuo.
Analicemos ahora una situación en la que la ética está envuelta brindando las distintas variantes pero que al final es el individuo que decide.
Un sujeto (A), ha descubierto por una tercera fuente que su mejor amigo (B) está teniendo una aventura amorosa y engañando a su esposa.
La esposa de A le cuenta que vio a B con otra mujer y le pregunta que si él tiene conocimiento de la infidelidad de su amigo. Surgen así tres posibles opciones:
Actuar éticamente implica ser honesto, y por tanto en concordancia, el sujeto A actuaría acorde a la primera opción.
A podría también seguir la tercera posibilidad y técnicamente estaría diciendo la verdad, pero miente por omisión al no contar lo que sabe sobre el asunto.
Escoger la segunda implica mentir rotundamente, faltar a la honestidad y, por tanto, no actuar éticamente.
Se podría entonces pensar que A debería actuar siendo leal a B y por tanto todo lo que se haga en función de esto estaría éticamente aceptado.
Pero, la lealtad es un valor secundario a la honestidad, por ende, la prioridad de las personas que actúan éticamente es para la verdad.
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