El Conocimiento Directo ha estado presente en el individuo desde los inicios de la especie humana.
Se le conoce también como “conocimiento objetivo” y gracias a él, el hombre ha logrado alcanzar un arsenal de información interminable sobre el medio que le rodea y las relaciones que se establecen con este.
¿Qué es el conocimiento directo?
El conocimiento directo es aquel que el sujeto obtiene a través de la interacción con el objeto cognoscible.
Para su adquisición, no se hace necesario la demostración ni los racionamientos lógicos, sino que el sujeto obtiene el conocimiento desde su propia relación con el objeto o fenómeno.
De ahí, que se obtenga a través de los órganos de los sentidos y de la experimentación directa y personal con el objeto.
Esta modalidad del conocimiento, no requiere, para su adquisición la presencia de terceras personas.
Sin embargo, para que se lleve a cabo, el objeto o fenómeno cognoscible debe estar presente de forma física y objetiva.
Origen del conocimiento directo
El origen del conocimiento directo ha sido vinculado a los estudios y las propuestas filosóficas de Platón, en la época de la Antigüedad.
Posteriormente continuó formando parte de las doctrinas filosóficas de los defensores del racionalismo: Descartes, Spinoza y Leibniz durante los últimos años del siglo XVIII.
Más tarde fue defendido por algunos filósofos del romanticismo como Fichte, Schelling y Schlegel.
Lo cierto es que, desde todas estas posiciones filosóficas, el conocimiento directo era entendido como la posibilidad de “ver” y/o descubrir la verdad y el saber con los propios ojos, sin necesidad de recurrir a la demostración.
Características del conocimiento directo
Dentro de las características más importantes que distinguen este tipo de conocimiento se pueden mencionar las siguientes:
- Es objetivo, ya que solo se manifiesta para conocer objetos y/o fenómenos concretos y palpables.
- Se basa en la experiencia, es decir, requiere necesariamente la interacción directa y personal del sujeto con el objeto.
- Es Simplificado en tanto se considera un conocimiento simple ya que implica solo los órganos de los sentidos, prescindiendo de razonamientos lógicos.
- Es preciso porque lo que se observa o se conoce a través de los sentidos no tiene cabida a la duda.
- Es verificable, ya que puede ser confirmado por otros sujetos.
- No requiere de antecesores ni terceras personas como transmisores del saber o la experiencia.
Ejemplos del conocimiento directo
Muchos pueden ser los ejemplos que muestran este tipo de conocimiento, los mismos están en correspondencia con los analizadores que reciben la información:
- Por ejemplo, a través de la vista podemos conocer una nueva planta. En interacción y contacto real con ella identificamos su color, tamaño, belleza y todas las características que la definen.
- A través del olfato podemos conocer e identificar el aroma de dicha planta y de igual modo a través del tacto sentimos su textura: si es blanda, suave, áspera, etc.
- Si la planta posee frutos comestibles a través del gusto podemos identificar y conocer el sabor, si es dulce o amargo, agradable o desagradable, etc.