El estudio de la conciencia no es un tema novedoso, pero definitivamente la certeza de su existencia, su definición, clasificación y evolución ha sido objeto de análisis continuo.
Por ejemplo, si damos un pequeño viaje por la historia de la Filosofía Moderna, aparece René Descartes con su frase célebre “cogito ergo sum”, que significa: “Pienso, luego existo”.
Desde el punto de vista de Descartes percibimos, recordamos, imaginamos, cuando tenemos conciencia.
Si seguimos desempolvando la literatura también podemos encontrarnos con otros estudiosos de la conciencia, como Rubinstein y Vigotsky, inmersos en el mundo de la Psicología.
Por otra parte, hay que tener en cuenta la génesis de la conciencia, que puede ser analizada desde 2 perspectivas.
En primer lugar, la filogenia, o sea, partiendo de los diferentes niveles del reflejo psíquico, presente tanto en los animales como en los seres humanos; pero que es superior en estos últimos.
Segundo, su surgimiento y desarrollo, únicos para cada ser humano, según sea su historia de vida, la educación recibida; en fin, el conjunto de influencias sociales a las que de expone el sujeto.
Lo cierto es que no importa cuánto se ha dicho o escrito sobre la conciencia, siempre va a ser un tema sorprendente e interesante. ¿Te sumas al descubrimiento?
El término conciencia proviene del latín “conscientia” que significa conocimiento compartido; y que a su vez proviene de cum scientia que significa con conocimiento.
Según Papalia y Wendekos- OLds (1996) la conciencia es darnos cuenta de nosotros como sujetos y del mundo e que vivimos y formamos parte.
Para Myers (2005) no es muy diferente, este autor define la conciencia como el conocimiento que tenemos de nosotros mismos y de nuestro entorno.
Entonces, podemos entender como conciencia a la capacidad que posee el hombre de darse cuenta de la realidad y de sí mismo.
Es el conocimiento, el análisis que se hace de los espacios en los que nos desarrollamos (escuela, familia, comunidad, sociedad, sistema político, etc.) y de nuestras propias acciones.
El término tiene varias acepciones teniendo en cuenta la rama científica que lo aborde, por ejemplo:
La Psicología la considera el reflejo subjetivo que es capaz de construir el hombre de la realidad en la cual vive.
Mientras, la Ética plantea que es cómo los seres humanos discernimos lo que está bien de lo que está mal, lo que es correcto de lo que no lo es.
Se utiliza el término conciencia tanto en la Ética como en la Psicología; sin embargo, consciencia es una terminología propia de la ciencia psicológica.
Por otra parte, no debemos confundir estar conscientes con estar despiertos; un claro ejemplo de ello son las personas que entran en estado vegetativo, aún cuando parecen estar despiertos, no existe ningún tipo de interacción con el medio y los músculos se mueven principalmente por algunos reflejos conservados. Recuérdese el caso de Terry Schiavo.
Ya habiendo entendido qué es la conciencia, vamos a conocer qué la caracteriza.
Primeramente, es exclusiva de los seres humanos.
Hasta nuestros días esto es una verdad, a pesar de las investigaciones sobre la posibilidad de crear una conciencia artificial o las que proponen su desarrollo en algún tipo de animales, no son concluyentes.
Un ejemplo es la incapacidad de los delfines de hocico de botella de reconocerse a sí mismos y entre ellos utilizando nombres propios, a pesar de otros avances obtenidos por la ciencia.
Otra de sus características es que es absoluta y abstracta, o sea, no es posible palparla.
Además, es un proceso cognitivo totalmente global, que implica una gran red intracortical y tálamica- cortical.
A esto se suma su innegable conexión con el surgimiento del lenguaje, que a su vez también es inherente a los seres humanos.
La conciencia emerge del desarrollo social, de las relaciones sociales que los hombres y mujeres establecen entre sí.
La conciencia se clasifica de la siguiente manera:
Los estados de la conciencia son tres: coma, semiinconsciencia y estado vegetativo.
Son causados principalmente por traumatismos, isquemias cerebrales, meningoencefalitis y el estado terminal de algunas enfermedades del sistema nervioso central como el Parkinson, Alzheimer y Huntington.
El coma consiste en la ausencia casi total de respuesta, en la que el paciente mantiene los ojos cerrados, tiene escasos reflejos y no presenta signos de vigilia.
En el estado vegetativo se carece totalmente de conciencia del medio circundante, pero los ciclos del sueño y del despertar, sí como las funciones autonómicas, están preservados.
La semiinconsciencia es como una evolución más o menos favorable del estado vegetativo, pues aún cuando algunos pacientes muestran cierta conexión con el medio ambiente, es evidente el deterioro físico y cognitivo.
Entre los estados de la conciencia tenemos:
La Conciencia de vigilia: está asociado a la mayor cantidad de horas del día, en las cuales el individuo se desempeña en su cotidianidad normalmente.
Estado alterado de la conciencia: se refiere a cualquier cambio cualitativo de nuestro estado de normalidad.
Pueden ser provocados por un cuadro febril, meditación, hipnosis, drogas, etc.
Las personas experimentan diferentes niveles de concentración, pueden confundir hechos ficticios con reales, aparecer pérdida de control, cambios bruscos emocionales, experimentar cambios en su apariencia física, pérdida de la noción del tiempo, etc.
Sueño: según Dement (1999), es un estado natural en el cual el sujeto pierde la conciencia temporalmente y que posee carácter reversible.
Otros estados de la conciencia son:
Un ejemplo claro de conciencia es cuando reconocemos un objeto o persona con los que habíamos tenido una experiencia previa.
En este sentido nos apoyamos de los conceptos, por ejemplo: perro, gato, laptop, goma; cada uno comparte una serie de características que permiten que haya un consenso sobre lo que se percibe.
Además, puedes comunicar cuáles son sus funciones, si son beneficiosos o no, entre otros aspectos.
Otro ejemplo de conciencia es cuando podemos decir en qué día estamos, qué momento del día (mañana, tarde, noche), aproximarnos a la hora, decir el lugar donde nos encontramos, etc.
Cabe destacar del ejemplo anterior, que sólo se conoce que alguien está consciente cuando hay otra (s) persona (s) que valida lo que se está diciendo. Por ejemplo, los exámenes médicos tras haber sufrido una Enfermedad Cerebro Vascular (ECV).
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