Al hablar de arte clásico nos remontamos a las civilizaciones greco-romanas, que con experticia nos legaron obras como el Parthenon, La Columna de Trajano, el Arco de Constantino, etc.
Cualquiera de sus formas artísticas logran captar la atención, hacerte viajar al pasado y apreciar la perfección de la figura humana (proporcional y con rasgos idealizados).
Incluso los romanos cuando conquistaron Grecia tuvieron que rendirse ante lo que denominaron “forma elevada de arte” y tomarla como faro para levantar su Imperio.
El arte clásico es la demostración de la belleza humana y la naturaleza, ya sea en sus estados reales o una idealización de estas.
Incluye varias disciplinas como la pintura, arquitectura, literatura (poesía, filosofía, teatro) y escultura. Todas reflejan una sociedad humanista.
Primeramente, según las bellas artes al referirnos a “antigüedad”, estamos señalando el período comprendido entre 4500 AC- 450 AC.
El inicio de la civilización Occidental (Mesopotamia, Egipto, Persia, etc.) y los inicios de la Edad Media, pertenecen a la “antigüedad”.
Ahora bien, la “antigüedad clásica” comprende un período más corto, desde el primer milenio AC. hasta los 400 de nuestra era.
Las culturas de las antiguas Roma y Grecia pertenecen a este período, también conocidas como civilizaciones clásicas.
El arte griego se divide en 5 etapas o períodos: Arcaico, Clásico, Helenístico, Orden Dorico y Orden Corintio. Veamos un poco de cada uno.
El período Arcaico comienza en el siglo XII con la conquista de los dorios, dando lugar a la cultura dórica y jónica.
Entre los hechos más relevantes del período están: la Colonización del Mediterráneo, la creación de las Polis y las Tiranías.
Fue significativo el comercio, pues la posición geográfica de Grecia estuvo en pro del desarrollo de la poesía, el arte y la cultura.
El período clásico se caracterizó por un auge religioso y antropocéntrico. Los griegos priorizaron la representación del hombre, pues los dioses ya tenían su lugar en el Olimpo.
Las esculturas reflejan al detalle el tamaño del hombre, sus músculos, articulaciones y una postura y rostro más naturales.
El período Helenístico se destacó por sus esculturas con elementos iconográficos y técnicos. Desaparece la ley de la frontalidad y aparece la serpentinata (torsión de los cuerpos).
También aparecen conjuntos escultóricos que representaban las clases sociales y las edades humanas; dejando atrás las esculturas individuales cuyos temas se centraban en jóvenes o dioses.
El orden Dorico inicia en el siglo VII AC.
El estilo arquitectónico es el capitel dórico, caracterizado entre otras cosas por la abstracción. Se forma con una serie de elementos geométricos que carecen de la decoración escultorica.
El orden Corintio se hace notar más por su capitel formado por dos cuerpos, el de abajo tiene doble fila de horas de acanto y unos tallitos o caulículos que emergen entre estas hojas y forman una enredadera en los ángulos y centros.
El ábaco es curvo y más delgado de lo usual, cuyo entablamento está dotado de molduras y elementos decorativos como los modelos jónicos.
También, las columnas son significativas en este período, cuyo tamaño es proporcional a la del cuerpo humano.
De manera general el arte clásico se caracterizó por el surgimiento del teatro como expresión artística.
La representación del cuerpo humano de manera muy detallada, con dimensiones y proporciones perfectas.
La literatura clásica se inclina hacia las historias épicas, ya sea verídicas o imaginarias.
En cuanto a las características del arte griego, se puede decir que los mismos empezaron a construir sus templos desde el siglo VII AC. haciendo uso de varios materiales en correspondencia con el lugar donde se ubicaban.
En esta dirección, se destaca el uso de la piedra caliza en Sicilia y el sur de Italia; mientras que en Asia Menor y las Islas griegas predominó el mármol; y en el continente, la caliza revestida con mármol.
La arquitectura de los templos griegos se divide en 3 estilos, denominados dórico, jónico y corintio.
En el caso de los edificios construidos después de los templos se priorizó el mármol.
En las polis griegas se levantaron ágoras (plazas públicas) con la finalidad de centralizar las fundamentales actividades (economía, religión, política) de la vida urbana.
Las ágoras contaban con bibliotecas (ej. Biblioteca de Panteno o de Éfeso), templos, altares, gimnasios y las torres de los vientos.
Por otra parte, de la pintura griega no hay hallazgos, sólo se conoce de su existencia por la literatura, donde se hace referencia a maestros como Polignoto, Zeuxis, Parrasios, Apeles, etc; así como, por la cerámica y las copias romanas.
En alusión a la escultura griega, se destaca su carácter antropomórfico. Es decir, estuvo centrada en la figura humana, mostrando sus sentimientos, belleza y perfección (medidas).
El arte romano por su parte, también fue singular y muy representativo. La arquitectura romana representaba el poderío del Imperio romano. Ejemplo de esta es el foro, que viene siendo lo que para los griegos el ágora.
En el foro se desarrolla toda la vida urbana, constituye un espacio para la reunión, las actividades religiosas, políticas, económicas y judiciales.
Asimismo, incluye mercados que posteriormente se expandieron por sus alrededores.
Por otro lado, las murallas si bien en el siglo I y II DC no estaban o eran muy bajas; en el siglo III como consecuencia de los ataques de los Bárbaros, se alzaron de manera majestuosa.
Otro tipo de construcción en Roma fueron los acueductos y los templos de piedra y ladrillo que tuvieron como objetivo abastecerse de agua.
Estas construcciones incluyeron elementos arquitectónicos como el curvado, el arco, la cúpula y la bóveda. En este sentido, no se puede dejar de mencionar el Panteón de Agripa.
Otras maravillas del arte romano son los teatros y anfiteatros, lugares hechos para el espectáculo. Por ejemplo, el Anfiteatro Flavio o Coliseo, construido en el año 80 DC.
También construyeron circos, donde el principal atractivo eran las carreras de caballo.
En cuanto a las casas, se denominaban domus e ínsulas, para diferenciar las clases sociales de la época. En el primero vivían los ricos y en las segundas, que eran unos bloques, los pobres.
Por otra parte, la pintura romana casi no llega a nuestros días. Sólo han sido halladas pocas muestras, por ejemplo, los murales en las excavaciones de Pompeya y Herculano.
El hecho de que en la mayoría de las casas aparezcan pinturas de alta calidad en sus paredes, nos dice cuán importante era este tipo de arte en la Roma Clásica.
Respecto a la escultura romana, no hay nada muy relevante a destacar, pues, tomaron como modelo la escultura griega, aunque cambian su objetivo.
Entre los ejemplos del arte clásico tenemos:
La escultura representa a un joven que ha ganado en los juegos. Se utilizó mármol para su construcción. Tiene una altura de 1.95 cm.
Es frecuente ver este tipo de escultura entre el siglo VIII y VI AC.
Es una de las esculturas griegas que se ha conservado a pesar de que fue creada en el siglo V AC. El material de construcción utilizado fue el bronce. Alcanza los 1.80 cm de altura.
Se hipotetiza que fue hecha para conmemorar un tirano victorioso en las carrera de cuádrigas.
La escultura representa a un atleta antes de lanzar un disco. Se utiliza la serpentinata para reflejar más natural el momento.
Es una escultura realizada por Fidias en el silo IV AC. Fue esculpida en madera, oro y marfil. Representa a la Diosa Atenea, la más importante de Grecia.
Su altura de casi 8 metros y la finura de los materiales de construcción, la convierte en una escultura imponente.
Se ubicó en el Partenón de Atenas para que pudiera ser apreciada por todos.
Es una escultura hecha totalmente de bronce y data de 470 y 460 AC.
Como su nombre indica, la escultura representa al Dios Poseidón, el segundo más importante luego de la diosa Atenea. No es de extrañar que altura supere los 2 metros.
Otros dioses también fueron objeto de escultores, por ejemplo, la escultura de Afrodita, Pan y Eros que data del siglo II AC.
Otros esculturas son: Efebo de Dresde (siglo I DC), Apolo de Parnopios (siglo IV AC), Arco de Tito (arte Clásico Romano del siglo I DC) y Busto de Marcus Porcius Cato Uticensis (Siglo I AC).
En cuanto a la literatura, no se puede prescindir de las obras épicas de Homero: la Ilíada y la Odisea.
Además, en el siglo IV AC. se conocieron obras escritas como “Los Acarnienses” de Aristófanes; “Los azotados de la tempestad” de Cratino; “Los nueve libros de la Historia” de Heródroto; “Edipo Rey” de Sófocles; y “Los primeros de Mes” de Eupolis.
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